En todo el mundo se conmemora en el día de hoy, 22 de agosto, el Día Internacional del Folklore, y en Argentina además se celebra el Día del Folklore Argentino.
La palabra “Folklore” deriva de “folk” que significa pueblo, gente, raza; y de “lore” que significa saber, ciencia; designándose de esta manera folklore el “saber popular”. Así se definió al saber popular, los conocimientos, usos, costumbres, leyendas, supersticiones, música, danza, canciones, mitos, dichos, refranes, coplas, cantares, transmitidas de generación en generación, en definitiva lo que se transmite de boca en boca, que trasciende, se incorpora a nuestras costumbres y desconoce toda autoría.
En el año 1887 el inglés Houme, uno de los fundadores de la sociedad, define al Folklore como:
“Ciencia que se ocupa de la supervivencia de las creencias y de las costumbres arcaicas
en los tiempos modernos”.
En cuanto al emblema que representa a los folkloristas argentinos, que fuera elegido durante el Primer Congreso Nacional del Folklore realizado en el año 1948, es el árbol.
Así fue considerado por su representación, ya que el folklore hunde sus raíces en la tradición, sus ramas representan el pensamiento, el sentido y la imaginación por un lado y la obra de las manos, es decir la creatividad artesanal por el otro. Las escasas hojas representan la juventud primaveral de la ciencia. Las palomas, la unión de lo material con lo espiritual en la amplitud del folklore. El tronco y ramas están envueltas con una banda que dice: Qué y cómo el pueblo piensa, siente, imagina y obra.
Este emblema fue ideado por Rafael Jijena Sánchez, quien fundó y tuvo a su cargo la primera cátedra de Folklore en la Argentina, en el Conservatorio Nacional Carlos López Buchardo.